Helianthus annuus, también llamado comúnmente girasol, maravilla, mirasol, maíz de teja, acahual (del náhuatl atl, ‘agua’, y cahualli, ‘dejado’, abandonado’) es una planta herbácea anual de la familia de las asteráceas originaria de Centro y Norte América y cultivada como alimenticia, oleaginosa y ornamental en todo el mundo.

Los girasoles son plantas anuales (como lo indica su nombre específico latín: annuus) pueden medir tres metros de alto. Los tallos son generalmente erectos e duros. La mayoría de las hojas son caulinares, alternas, pecioladas, con base cordiforme y bordes aserrados. La cara inferior es usualmente más o menos hispida, a veces glandulosa y la superior sin pelos ni glandulas.

El girasol es nativo de América, más precisamente de Norteamérica o de Centroamérica. Existen registros de su domesticación alrededor del 2600 a. C en México. Su cultivo se remonta al año 1000 a. C. En muchas culturas amerindias, el girasol fue utilizado como la representación de la deidad solar, principalmente los aztecas y otomíes en México, y los incas, chancas, huancas y chachapoyas en el Perú.

Los españoles llevaron figuras de oro de la flor, así como semillas, a Europa a comienzos del siglo XVI, desde allí se extendió a prácticamente todo el mundo, donde hoy es cultivado intensivamente con fines alimenticios y ornamentales.

El nombre girasol se refiere a que el capítulo floral gira según la posición del sol (heliotropismo). Otro nombre común mirasol es más preciso, ya que indica que es un heliotropismo/fototropismo positivo, o sea hacia la luz. Esta orientación variable se manifiesta cuando la planta todavía es joven; cuando madura, ya no gira y se queda en una posición fija hacia el oriente.

Un tropismo tiene que influir necesariamente en el crecimiento de la planta; por lo que la orientación de la flor hacia el sol no se consideraría un heliotropismo ya que no influye en la dirección del crecimiento del girasol.

Las hormonas vegetales son las que le dan fototropismo positivo al girasol joven: permiten un mayor crecimiento de los tejidos en un sentido, lo que facilita el giro de la planta, su floración y maduración.

El girasol, además de ser una bella planta ornamental, es reconocida por sus grandes beneficios medicinales y nutricionales, en la gastronomía se hace uso de casi todas sus partes, las semillas pueden ser consumidas tostadas, cocidas o crudas, con ellas se extrae el  aceite de girasol, en molienda se aprovecha para la preparación de harina, con la cual se elaboran sopas y panes.

El tallo del girasol es comestible: los brotes jóvenes y superiores, antes de la floración.

Las hojas y los pétalos, con estos se pueden elaborar infusiones, té y se pueden consumir crudos en ensaladas, estos contienen potasio, magnesio y flavonoides.

Los brotes de semillas de girasol son ricos en vitamina A, tiamina, riboflavina, niacina, vitamina C, potasio, hierro, magnesio y proteínas, los cuales se consumen crudos en ensaladas.

Mejora la circulación. Las semillas de girasol tienen la capacidad de reducir los problemas circulatorios, cardíacos y cardiovasculares, por lo que es recomendable consumirlas para prevenir algún infarto.

Favorece el funcionamiento cerebral. El magnesio y el fósforo que tienen las semillas de girasol son buenos para el cerebro, favorecen la concentración y mejoran la memoria.

Fortalece el sistema inmune. Comer semillas de girasol con regularidad aumenta las defensas del organismo y previene diversas enfermedades relacionadas con virus.